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El XII Congreso EuPA de Santiago, punto y seguido del peregrinaje de la proteómica europea

10 julio, 2018Newsletter, Noticiasadmin

Los peregrinos, extenuados pero felices, que finalizaron su aventura en Santiago de Compostela entre los días 16 y 20 de junio observaron que, entre la multitud de actos culturales de la ciudad, se abría paso un específico encuentro de proteómica. 250 investigadores y estudiantes de más de veinte países concurrieron al XII Congreso EuPA(European Proteomics Association) en la sede principal del Hotel Monumento San Francisco.

Javier Picos. Junio de 2018

Este evento, organizado por la EuPA, la SEProt(Sociedad Española de Proteómica) y ProCura(Asociación Portuguesa de Proteómica) y que llevó por lema Translating genomes into biological functions, realmente se concibió como un congreso de congresos, sin perder de vista la reunión europea. Mientras la propia SEProt celebró en Santiago su séptima cita anual, HUPO (The Human Proteome Organization) promovió una jornada al más alto nivel de Chromosome-based Human Proteome Project (C-HPP).

En la apretada agenda del XII Congreso EuPA, que puso de manifiesto el excelente presente y prometedor futuro del amplio campo de la proteómica, destacó la presencia activa, a través de sesiones plenarias y encuentros con los jóvenes investigadores, de los siguientes diez conferenciantes extraordinarios (invited speakers), que ejercieron de profesores y mentores: Ruedi Aebersold (ETH Zurich. Inst. f. Molekulare Systembiologie. Suiza), Christopher M. Overall (University of British Columbia. Vancouver. Canadá), Bernhard Küster (Technische Universität München. Alemania), Jesper V. Olsen (Novo Nordisk Foundation Center for Protein Research. University of Copenhagen. Dinamarca), Anne-Claude Gingras (The Lunenfeld-Tanenbaum Research Institute. Toronto. Canadá), Albert Sickmann (Leibniz-Institut für Analytische Wissenschaften –ISAS- e. V. Dortmund. Alemania), Neil Kelleher (Northwestern University. Evanston. Estados Unidos), Charles Pineau (Protim -Proteomics Core Facility Biogenouest-. Irset-Inserm U1085. Rennes Cedex. Francia), Kathryn Lilley (Cambridge Centre for Proteomics. University of Cambridge. Reino Unido) y Connie R. Jimenez (VU University Medical Center. Amsterdam. Holanda).

Honores para Aebersold

Sin lugar a dudas, Ruedi Aebersold fue uno de los nombres propios del congreso de la  EuPA. La SEProt le designó Miembro Honorario de la Sociedad por su “destacada” contribución en el campo de la Proteómica y le otorgó una placa de reconocimiento en la sesión inaugural que protagonizó Aebersold con su lección The Proteotype: Integrator of Biological Information and Determinator of Phenotypes. Al finalizar el acto,el científico suizo agradeció la distinción: “Ser considerado miembro honorifico de la SEProt significa mucho para mí porque me lo otorgan mis colegas. Realmente lo aprecio porque me lo han dado personas que trabajan en el mismo campo que yo”.

De la “muy fuerte” proteómica española, Aebersold destacó la “alta motivación” de los investigadores de nuestro país, a pesar de los “problemas” con los que se encuentran al iniciar su carrera. También citó a Mónica Carrera, Eduard Sabidó y Pedro Navarro como unos referentes que pueden servir de ejemplo a los más jóvenes.

Asimismo, el investigador del ETH de Zúrich, que elogió la “poderosa” EuPA, el “intenso” congreso, donde todos “nos intercambiamos impresiones y aprovechamos para encontramos”, y la “sorprendente” ciudad de  Santiago, opinó que la proteómica está “a la sombra” de la genómica. “Muchas veces el dinero va más a la genómica que a la proteómica a pesar de que la proteómica puede proporcionar información que la genómica no puede dar. Desde la proteómica tenemos una técnica muy productiva para responder a cuestiones específicas”, señaló.

Acompañando a Aebersold en la jornada de apertura del encuentro, estuvieron presentes Ángel García, presidente de la SEProt; Vicente Pérez Muñuzuri, vicerrector de Investigación e Innovación de la Universidade de Santiago de Compostela (USC); Andrea Urbani, presidente de la EuPA; y Deborah Penque, presidenta de ProCura.

Tras las palabras de bienvenida de los anfitriones García y Urbani, Penque reconoció que la proteómica portuguesa es “pequeña” en el marco de la europea, “pero tenemos diversas e interesantes vías de investigación, y esperamos más colaboración y de forma más estrecha especialmente con nuestros vecinos españoles”. Por su parte, Pérez Muñuzuri, que reconoció el trabajo de la SEProt y de su presidente Ángel García,  instó a los congresistas a buscar tiempo, más allá de las ponencias, para visitar Santiago. Además, la meteorología calurosa y sin lluvia ratificó la propuesta del vicerrector de la USC, que también subrayó la “larga tradición” en investigación en ciencias de su universidad.

Jóvenes activos

Los investigadores jóvenes, a través del YPIC(Young Proteomics Investigators Club), dependiente de la EuPA, alzaron la voz en el Congreso mediante una pléyade de  actividades de calidad como los días de mentores, en los que un científico experto daba consejos sobre la carrera científica, desayunos de trabajo, webinars (seminarios impartidos en línea) o ferias de trabajo en internet. Con dos años de existencia- nació en 2016 en Estambul- y 220 socios, la YPIC, desde la proteómica, se ha convertido en un ejemplo de participación joven para otras ramas de la ciencia.

Precisamente, Maarten Dhaenens, su presidente desde la fundación del Club hasta el último día del congreso en el que cedió su cargo a Dina Resetar, hizo hincapié en cómo el YPIC responde a las demandas de los más jóvenes proteómicos al intentar arrojar algo de luz a los problemas ante los que se encuentran: “Estamos incrementando nuestra importancia, trabajando junto a los investigadores. EuPA está contenta con lo que hacemos porque estamos preparando a la nueva generación y nos involucramos en la proteómica de una manera muy informal. Los jóvenes a veces miramos a los profesores que están en una torre alta, pero son simplemente humanos, tenemos que romper esta visión”. Esa eliminación de las barreras entre los consagrados y los emergentes es otro de los objetivo de la YPIC porque “el hecho de tomarnos un desayuno con grandes nombres de la proteómica con miles de citaciones derivará en que en el futuro esos investigadores jóvenes que ahora escuchan se sentarán en las sillas principales de esas mismas mesas; esto no es un sueño, es solamente evolución”.

Por lo tanto, según Dhaenenes, esa atmósfera informal y la posibilidad de hacer contactos (network) son las metas del YPIC. “Me encanta este congreso porque es de talla humana. Por ejemplo, en Estados Unidos hay 7000 personas atentas a los conferenciantes y eso es de locos”, puntualizó.

Con todos estos mensajes estuvo de acuerdo Luis Valledor,representante de la SEProt en la YPIC, y que también cedió su testigo a otros compañeros europeos al finalizar las jornadas compostelanas: “La YPIC surgió hace dos años cuando los congresos todavía estaban pensados para los investigadores senior. Era el momento de dar visibilidad a los jóvenes para que no les diera miedo a participar, que todo estuviera menos encorsetado para que nos curtiéramos y romper distancias”.

Para Valledor, investigador de la Universidad de Oviedo, la actividad del YPIC en este congreso ha sido muy colegiada, porque “aquí los cincuenta jóvenes que hemos participado en el encuentro echan una mano; a pesar de haber cargos, se difuminan”. En su opinión, congresos como el de Santiago son muy útiles para conocer la situación de los demás y denunciar “posibles abusos en las prácticas y los trabajos”. En este sentido, “falta una estrategia clara de planificación en las convocatorias y los plazos, al menos, en España”.

Lidiar con el rechazo

Los científicos invitados en las sesiones de trabajo y específicas del congreso de la EuPA aconsejaron a los jóvenes sobre el desarrollo y el enfoque de la carrera científica. Ellos también escucharon a los aprendices al bajar a la tierra y sumergirse en otra realidad diferente a sus laboratorios. Por ejemplo, Aebersold señaló que era “un placer” compartir espacio con muchos jóvenes investigadores y con el “activo” club de YPIC.

A juicio del investigador suizo, los jóvenes tienen que aprender a tomar decisiones en su camino científico, pero siempre después de manejar mucha información, aunque admitió que vivimos “tiempos duros” porque no hay suficientes colocaciones y son complicadas de obtener, y además no hay suficiente dinero para la investigación. Alemania, Suiza y  Reino Unido, son, según él, tres excepciones.

En una de las jornadas organizadas por el YPIC, Ruedi Aebersold habló sobre la carrera en un medio científico “cambiante”, en el que hay que optimizar los recursos y las habilidades y hacer destacar el portafolio “lidiando positivamente con el rechazo”. Utilizando una metáfora ciclística, Aebersold dijo a los jóvenes que iban ahora en un pelotón en el que existe competición, pero también cooperación. Para él, el resultado de una carrera ciclista es igual al resultado de una carrera de trabajo de ciencia: sólo hay un ganador; el ganador depende del equipo; no todos los equipos tienen la posibilidad de producir un ganador; y hay diferentes categorías de ganadores.

Aebersold consideró que sólo unas pocas posiciones académicas están disponibles para un gran número de talentos individuales, aunque hay más trabajos que el de profesor-investigador. Comprobando que el número de los coautores en los papersde investigación ha aumentado y que hay una clara relación entre el número de coautores y las citaciones o impactos de un paper, Aebersold determinó que “los proyectos de ciencias de la vida de alto impacto se han vuelto más complejos e interdisciplinarios”, por lo tanto el equipo y contar con diversos campos resulta fundamental a la hora de avanzar en proteómica y en ciencia.

Una mente abierta

Otros prestigiosos científicos del congreso de Santiago quisieron poner el acento en los aprendices en proteómica. Mientras Anne-Claude Gingras incidía en el abanico de posibilidades laborales entre el sector público y el privado y la importancia de saber exactamente lo que uno quiere en su trayectoria profesional, Connie R. Jiménez confesó haberse sentido “muy estimulada” por los jóvenes y les invitó a plantearse preguntas del tipo “¿cómo te las arreglarías para colaborar en proyectos grandes? o ¿cómo equilibrarías tu trabajo para los demás y tu trabajo de tu propio proyecto”. Una vez más, el trabajo en equipo como el faro de la proteómica.

Según Albert Sickmann, para rubricar el “buen” futuro de la proteómica, resulta vital enseñar “pronto” a los jóvenes, que suelen ser “muy activos”. Por su parte, Christopher M. Overall subrayó, en sus sesiones de trabajo con el YPIC, que los investigadores jóvenes deben aprovechar este formato de congreso para acercarse a los más veteranos.

Aceptar las ideas de esos veteranos, tener buenas ideas propias, cultivar una mente abierta y estudiar mucho fueron los cuatro consejos generales de Bernhard Küster, al que le gusta ver cómo los jóvenes aceptan el “reto” de la proteómica. Y Jesper V.Olsen no se olvidó tampoco de recomendar a los jóvenes que se apoyen en asociaciones como el YPIC.

Las facilidades dadas por el congreso de Santiago de Compostela para que los jóvenes investigadores asistieran al mismo se refrendan en los200 resúmenes de conferencias enviados, de los cuales 69 fueron seleccionados para las presentaciones orales, y en la reducción de tarifas y la concesión, por parte de EuPA y SEProt, de 20 becas de viaje de 500 y 200 euros. El comité de becas de la Sociedad Española de Proteómica, tras analizar y evaluar las solicitudes recibidas decidió conceder sus ayudas a los siguientes estudiantes: Ahinara Amador, Lucía González Rodríguez, Andrea González Morales, Nerea Corbacho y Pablo San Segundo.

Ahinara Amador relató que esta ayuda le permite estar aquí para establecer relaciones en su mismo ámbito y para escuchar varios puntos de vista y aprender aspectos específicos y técnicos. Su compañera en el Grupo de Investigación Interacción Microorganismo Hospedador del Proyecto Proteoma Humano (Universidad Complutense de Madrid), Catarina Oliveira, cree quelas becas abren puertas a los jóvenes para enseñar sus trabajos. “Además, ponemos cara a los investigadores y los conocemos. Veo posible venir a dar una charla en un congreso en el futuro”, dijo con optimismo.

Prestigio científico

Aunque el Hotel Monumento San Francisco, Bien de Interés Cultural (BIC) por la UNESCO y abierto al público en 2005 después de ser reformado, y cuyos orígenes se remontan al año 1214, y que tiene en 1520 una de sus fechas claves al albergar las Cortes de Castilla presididas por Carlos V, fue el espacio que acaparó casi todas las actividades del Congreso, la Facultad de Medicina de la USC acogió citas relevantes el 16 de junio como los cursos educativos de EuPA –taller de Cytoscape (plataforma de softwarebioinformático de código abierto para visualizar redes de interacción molecular)y la iniciativa de EuPA Bioinformatics Community (EuBIC), también centrada en la bioinformática- y la Reunión del Proyecto del Proteoma Humano (C-HPP) basada en cromosomas (Chromosome-based Human Proteome Project (C-HPP Meeting), promovida por HUPO, que, con ponentes tan prestigiosos como Chistopher M. Overall, aportó un prestigio científico adicional al congreso.

En este contexto, los investigadores españoles Fernando Corrales y Concha Gil, quisieron poner en valor estajornada internacional de C-HPP y su proyecto de proteoma humano: “Estamos ante la reunión anual de un proyecto a largo plazo que intenta conocer en profundidad todas las proteínas del organismo y las herramientas para tratar a los pacientes, que trata de averiguar cómo se regula el organismo para desarrollar aplicaciones clínicas”.

Según Corrales, este XII Congreso EuPA se ubica en un cambio de etapa, entre el final del desarrollo tecnológico y otro tiempo que “dentro de muy pocos años”convertirá en realidad esa traslación del conocimiento a la clínica. Con las medidas emprendidas por el C-HPP, una racionalización de las estrategias y los fondos de financiación, y el uso de los recursos y estudios de calidad y precisión, “podremos ver el progreso en el conocimiento de las proteínas en el cuerpo humano”.

Tanto Corrales como Gil se mostraron “muy expectantes” ante la creación de un Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que tiene que contar con “una política de investigación a veinte años vista”.

Las caras proteómicas

Asistir a todas las ponencias y actividades del XII Congreso EuPA resultó imposible. En cinco días, la proteómica mostró muchas de sus caras más visibles: proteómica celular, PTM, manejo e interpretación de datos, proteómica clínica (cáncer, problemas cardiovasculares y trastornos sanguíneos, entre otras enfermedades), proteómica de alimentos y nutrición, microorganismos y microbiota, proteómica química (descubrimiento de fármacos), estandarización e innovación tecnológica, proteómica en agricultura, y biotecnología y proteómica animal.

Estos grandes temas estuvieron jalonados por otras actividades como las jornadas del YPIC, las explicaciones de los pósteres ubicados en uno de los claustros del Hotel Monumento San Francisco, la cena oficial del Congreso en el Hostal dos Reis Católicos, los actos patrocinados por los sponsor–que también mostraron sus últimos avances en el claustro principal-, la sesión de clausura impartida por Bernhard Küster sobre A proteomic map of the target landscape of clinical kinase inhibitors, la entrega de premios, y la visita guiada por Santiago de Compostela, sin olvidar los improvisados corrillos en los pasillos o los debates informales en mesas con o sin café mediante.

Las reacciones al Congreso 2018 de la EuPA fueron muy positivas. Mientras Connie R. Jiménez, de padre gallego, elogiaba Santiago como un “monumento histórico” y el esfuerzo de la SEProt por organizar el encuentro, Jesper V.Olsen estimó el trabajo conjunto de todos en la EuPA para “ponernos al día de las investigaciones que cada uno elaboramos en nuestro día a día”.

“Este congreso es pequeño y bueno, mucho mejor que los congresos de miles de personas donde no tienes oportunidad de hablar con la gente. Y encima con el añadido de la ciudad de Santiago”, manifestó Bernhard Küster.

En esta línea, Charles Pineau afirmó que en los congresos europeos, con respecto a los mundiales, la gente conoce a los demás mejor porque son más cercanos: “A menudo los investigadores no europeos reconocen disfrutar más de estos congresos porque, aunque el foco está en la ciencia, la arquitectura, la historia y la cultura desempeñan un papel importante”. Demostrando esa opinión del investigador francés, el australiano Christopher M. Overall, que trabaja en Canadá,se mostró satisfecho por eltamaño pequeño del congreso y el “precioso lugar que lo acoge”.

Albert Sickmann subrayó que toda la familia proteómica europea debe estar “orgullosa” de congregar este abanico de científicos y vías de investigación. Anne-Claude Gingras fue incluso más allá: “Este congreso es muy importante y realmente coolpor la participación de los jóvenes, el trabajo de las asociaciones española y portuguesa de proteómica, el feed backde este congreso y el intercambio de tecnología y conocimiento que nos permite dilucidar hacia dónde va el campo de la proteómica”.

Orden y congreso

Detrás de los programas de los encuentros científicos están los nombres. Además de los presidentes Ángel García (SEProt.CIMUS–Universidade de Santiago de Compostela) y Deborah Penque (ProCura.Instituto Nacional de Saúde Doutor Ricardo Jorge. Lisboa), el comité organizador del congreso estuvo compuesto por: Ignacio Casal (CIB-CSIC. Madrid), Cristina Ruiz-Romero (Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña), Fernando Corrales (CNB-CSIC. Madrid) y Concha Gil (Universidad Complutense de Madrid). Aparte de los ya citados, el comité científico lo integraron: Montserrat Carrascal (IIB-CSIC. Barcelona), Félix Elortza (CIC bioGUNE, Science and Techology, Park of Bizkaia, Derio), María G. Barderas (Hospital Nacional de Parapléjicos. Toledo), Gloria Álvarez-Llamas (Fundación Jiménez Díaz. Madrid), Luis Valledor (Universidad de Oviedo), Eliandre de Oliveira (Parc Cientific de Barcelona), Andrea Urbani (Catholic University of the “Sacred Heart”. Roma. Presidente de EuPA), Andrew Pitt (School of Life and Health Sciences. Aston University. Birmingham, Reino Unido), Karl Mechtler (Research Institute of Molecular Pathology –IMP- Viena. Austria), Albert Sickmann (Leibniz-Institut für Analytische Wissenschaften – ISAS. Dortmund, Alemania), Francisco Amado (Universidad de Aveiro. Portugal), Ana Varela Coelho (Instituto Tecnológico de Química e Bioquímica. Oeiras. Portugal) y Jesús Vázquez (CNIC. Madrid).

Conceder premios en los encuentros profesionales no sólo supone un incentivo a la hora de participar con exigencia científica en los mismos sino que también configura la primera mención destacable en la carrera de un investigador. Tal es el caso del Premio Joven Investigador (Young Investigator Prize –YIP-), que recayó en Ilaria Piazza.

Paula Picotti, del Institute of Biochemistry (Department of Biology, ETH Zurich (ETHZ). Suiza)se alzó con el Premio Juan Pablo Albar Proteome Pioneer Award 2018, patrocinado por la EuPA. Igualmente, hubo reconocimiento a los cinco mejores pósteres a Evelyn Ramberger, Wojciech Michalak, Beatriz Yllera, Diana Lashidua Fernández Coto y Rebecca Herzong

Premios Juan Pablo Albar

Por otro lado, la SEProt concedió sus Premios SEProt-Juan Pablo Albar, gracias a la financiación de Bruker, a las actividades sobresalientes relacionadas con la proteómica y elaboradas por científicos españoles que llevan a cabo su trabajo principal en nuestro país. En la categoría de “Mejor comunicación oral del Congreso EuPA 2018-Seprot”, ganó Itziar Uriza; el “Mejor póster del Congreso EuPA 2018-SEProt” fue para Irene Zubiri; y  Enrique Calvo (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), por su publicación Mechanism of super-assembly of respiratory complexes III and IV(revista Nature), consiguió el prestigioso “Mejor trabajo (paper) científico en proteómica en 2016-2017del Congreso EuPA 2018-SEProt”.

Enrique Calvo confesó sentir un “gran honor” al recibir este premio por dos motivos: por haberlo ganado en un congreso internacional y porque lleva el nombre de Juan Pablo Albar, “al que tenía mucho cariño y fue la primera persona con la que empecé a hacer espectrometría de masas”. Aunque el paper se ha desarrollado fundamentalmente en ratón, en el futuro, el investigador del CNIC quiere extender el estudio al ser humano. “Es un trabajo multidisciplinar enfocado a la proteómica mitocondrial y la mitocondria es muy importante en el daño cardiovascular por isquemia. Queremos aplicar la misma tecnología en humano que hemos aplicado en ese trabajo. Sería una fase de futuro en este estudio multidisciplinar”, reseñó.

Simultáneamente, Calvo y su equipo están elaborando el estudio en otros organismos como los peces cebra, un modelo de regeneración cardiaca: “Tú puedes infligir un daño en el corazón de un pez cebra y el corazón puede volverse a regenerar. Conocer estos procesos moleculares son muy importantes para luego aplicarlos a la clínica”.

Esenciales patrocinios

Los organizadores del XII Congreso EuPA agradecieron el apoyo de los siguientes patrocinadores: Elsevier, ThermoFisher Scientific –al que EuPA otorgó un premio especial como reconocimiento a su contribución metodológica al campo de la proteómica durante el año pasado- , Sciex, Bruker, Merckgroup, Biognosys, Waters, Evosep, Diagenode, Agilent y Amsbiopharma

ProteoRed-ISCIII, el Instituto de Salud Carlos III, el Ministerio de Economía, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la Unión Europea, la Plataforma en Red de Recursos Biomoleculares y Bioinformáticos (PRB2), la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia auspiciaron también este encuentro de proteómica.

Este congreso de congresos, reunión caracterizada por la animación, el movimiento y la cercanía, traspasó las fronteras científicas. Ya lo anunciaron Ángel García y Deborah Penque, presidentes de la SEProt y ProCura, respectivamente, en las palabras de bienvenida: “No pierdas la oportunidad de caminar por las calles de la ciudad vieja y disfrutar de la gastronomía y la amabilidad de los compostelanos. Tendrás tiempo para la ciencia y mucho más”.

Todos los asistentes les hicieron caso porque algunos peregrinos comentaron en sus paseos por Santiago de Compostela, ciudad Patrimonio de la Humanidad, que vieron un reguero de investigadores descubriendo edificios históricos de granito, perdiéndose por la Universidad de Santiago, de más de medio milenio de vida, y gozando del buen mantel en las tabernas y de las chanzas en las plazas.

En 2021, en el próximo Año Santo Jacobeo, muchos científicos del congreso volverán a  Santiago. ¿Habrá cambiado mucho la proteómica por entonces?

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